EL BUQUE FANTASMA ** Antonio Pedro Pérez ** Ópera
LA ÓPERA EN SEVILLA
Es curioso que una ciudad como Sevilla, alejada de las corrientes musicales clásicas y operísticas, haya dado tanto juego en la argumentación de obras de diversos autores y géneros. Según el catedrático de Historia Ramón María Serrera, hay contabilizadas 127 óperas cuya ambientación es Sevilla, y una autoría tan dispar que va de Mozart a Bizet, pasando por Rossini, Donizetti, Verdi y Beethoven y del género bufo al romántico y de éste al dramático. Sólo del personaje de Fígaro hay más de diez óperas, lo que la convierte en una de las ciudades del planeta que más obras líricas ha inspirado.
Posiblemente, unos de los mayores culpables de todo lo anterior sea Beaumarchais, dramaturgo francés del siglo XVIII, que residió en nuestro país en la segunda mitad de dicho siglo, y que eligió a Sevilla como telón de fondo para sus comedias El barbero de Sevilla y Las bodas de Fígaro, dadas las características de pícaro de su protagonista. Creo que la elección no pudo ser más adecuada.
Pero, vamos a realizar en este buque fantasma un recorrido en el tiempo por las óperas más conocidas y su vinculación con Sevilla:
Wolfgang Amadeus Mozart compuso hacia 1785 Las bodas de Fígaro, ópera bufa en cuatro actos basada, como ya he comentado antes, en la pieza del mismo nombre de Pierre Augustin Beaumarchais. Fue estrenada en Viena el 1 de mayo de 1786 con dirección orquestal del propio Mozart.
En 1787 compone una de las óperas más celebres de todos los tiempos, Don Giovanni, basada en la figura de Don Juan y, concretamente, en la obra de Tirso de Molina El burlador de Sevilla. Esta pieza lírica dramática consta de dos actos y fue estrenada en Praga el 29 de octubre del mismo año.
En 1814 Ludwig van Beethoven compuso ese canto a la libertad y a la fidelidad que es Fidelio. Es la única incursión operística del genio de Bonn. Consta de dos actos. Famosa es su obertura Leonora, que se suele tocar en conciertos sinfónicos. Fue estrenada en la ciudad de Viena el 23 de mayo de 1814.
Volvamos al personaje de Beaumarchais, Fígaro. En 1816 Gioavacchino Rossini compone otra de las obras inmortales y más representadas en el mundo operístico: El barbero de Sevilla, ópera bufa en dos actos. En esta obra se cantan varias arias a cargo de los distintos personajes, siendo la más célebre “largo at factótum” que interpreta el propio Fígaro. Así mismo, la obertura del barbero es interpretada en infinidad de conciertos y recitales.
Damos un salto en el tiempo hasta 1839, Gaetano Donizetti compuso La favorita, ambientada en tiempos del Rey Alfonso XI y con escenarios andaluces, entre ellos el Alcázar de Sevilla. Se podía enmarcar dentro de la ópera romántica. Donizzeti realizó dos versiones, una en francés y otra en italiano, que es la que se suele representar en la actualidad. Esta ópera ha sido representada esta temporada en el Teatro de la Maestranza. Dos años más tarde en 1841, Donizzeti compone otra ópera ambientada en Sevilla, María de Padilla, basada en la amante (después de su muerte fue reconocida como esposa del Rey) de Pedro I de Castilla. Esta pieza musical es mucho menos conocida.
El genial Verdi también compuso una ópera con ambientación sevillana, La forza del destino, inspirada en el libro del Duque de Rivas Don Álvaro o la fuerza del sino, ópera romántica de cuatro actos que fue estrenada en Petrogrado (actual San Petersburgo), el 10 de noviembre de 1862.
Finalizamos este recorrido operístico sevillano con una de las óperas más celebres, Carmen del compositor francés Georges Bizet. Basada en la obra de Prospero Merimée fue estrenada en París el 3 de marzo de 1875, cosechando un rotundo fracaso, lo que quizás pudo acelerar la muerte del compositor acaecida en junio de ese mismo año. Sus piezas musicales como la suite Toreador o la “habanera” que interpreta Carmen, son por si solas auténticas joyas. La ópera en su conjunto es una de las más espectaculares en su representación, aparte del valor propiamente musical que innegablemente tiene.
Para terminar este buque fantasma quisiera dejar unas recomendaciones para los amantes de este género: en primer lugar, quiero comentar que en ciertos cines se pueden contemplar óperas en directo desde teatros como la Scala de Milán, el Real de Madrid o el Liceo de Barcelona. Merece la pena. Hace unos días pude disfrutar del Rapto en el serrallo de Mozart, en directo desde el Liceo barcelonés. La otra recomendación es la representación prevista para junio en el Teatro de la Maestranza de La Traviata de Verdi, basada en La dama de las camelias de Alejandro Dumas, ópera cumbre del romanticismo. Si podéis no perdéosla, ya os contaré en los próximos “buques”.
Posiblemente, unos de los mayores culpables de todo lo anterior sea Beaumarchais, dramaturgo francés del siglo XVIII, que residió en nuestro país en la segunda mitad de dicho siglo, y que eligió a Sevilla como telón de fondo para sus comedias El barbero de Sevilla y Las bodas de Fígaro, dadas las características de pícaro de su protagonista. Creo que la elección no pudo ser más adecuada.
Pero, vamos a realizar en este buque fantasma un recorrido en el tiempo por las óperas más conocidas y su vinculación con Sevilla:
Wolfgang Amadeus Mozart compuso hacia 1785 Las bodas de Fígaro, ópera bufa en cuatro actos basada, como ya he comentado antes, en la pieza del mismo nombre de Pierre Augustin Beaumarchais. Fue estrenada en Viena el 1 de mayo de 1786 con dirección orquestal del propio Mozart.
En 1787 compone una de las óperas más celebres de todos los tiempos, Don Giovanni, basada en la figura de Don Juan y, concretamente, en la obra de Tirso de Molina El burlador de Sevilla. Esta pieza lírica dramática consta de dos actos y fue estrenada en Praga el 29 de octubre del mismo año.
En 1814 Ludwig van Beethoven compuso ese canto a la libertad y a la fidelidad que es Fidelio. Es la única incursión operística del genio de Bonn. Consta de dos actos. Famosa es su obertura Leonora, que se suele tocar en conciertos sinfónicos. Fue estrenada en la ciudad de Viena el 23 de mayo de 1814.
Volvamos al personaje de Beaumarchais, Fígaro. En 1816 Gioavacchino Rossini compone otra de las obras inmortales y más representadas en el mundo operístico: El barbero de Sevilla, ópera bufa en dos actos. En esta obra se cantan varias arias a cargo de los distintos personajes, siendo la más célebre “largo at factótum” que interpreta el propio Fígaro. Así mismo, la obertura del barbero es interpretada en infinidad de conciertos y recitales.
Damos un salto en el tiempo hasta 1839, Gaetano Donizetti compuso La favorita, ambientada en tiempos del Rey Alfonso XI y con escenarios andaluces, entre ellos el Alcázar de Sevilla. Se podía enmarcar dentro de la ópera romántica. Donizzeti realizó dos versiones, una en francés y otra en italiano, que es la que se suele representar en la actualidad. Esta ópera ha sido representada esta temporada en el Teatro de la Maestranza. Dos años más tarde en 1841, Donizzeti compone otra ópera ambientada en Sevilla, María de Padilla, basada en la amante (después de su muerte fue reconocida como esposa del Rey) de Pedro I de Castilla. Esta pieza musical es mucho menos conocida.
El genial Verdi también compuso una ópera con ambientación sevillana, La forza del destino, inspirada en el libro del Duque de Rivas Don Álvaro o la fuerza del sino, ópera romántica de cuatro actos que fue estrenada en Petrogrado (actual San Petersburgo), el 10 de noviembre de 1862.
Finalizamos este recorrido operístico sevillano con una de las óperas más celebres, Carmen del compositor francés Georges Bizet. Basada en la obra de Prospero Merimée fue estrenada en París el 3 de marzo de 1875, cosechando un rotundo fracaso, lo que quizás pudo acelerar la muerte del compositor acaecida en junio de ese mismo año. Sus piezas musicales como la suite Toreador o la “habanera” que interpreta Carmen, son por si solas auténticas joyas. La ópera en su conjunto es una de las más espectaculares en su representación, aparte del valor propiamente musical que innegablemente tiene.
Para terminar este buque fantasma quisiera dejar unas recomendaciones para los amantes de este género: en primer lugar, quiero comentar que en ciertos cines se pueden contemplar óperas en directo desde teatros como la Scala de Milán, el Real de Madrid o el Liceo de Barcelona. Merece la pena. Hace unos días pude disfrutar del Rapto en el serrallo de Mozart, en directo desde el Liceo barcelonés. La otra recomendación es la representación prevista para junio en el Teatro de la Maestranza de La Traviata de Verdi, basada en La dama de las camelias de Alejandro Dumas, ópera cumbre del romanticismo. Si podéis no perdéosla, ya os contaré en los próximos “buques”.
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